Cultura Chorrera:
La cultura Chorrera o la tradición Chorrera es una cultura indígena del Formativo Tardío que floreció entre 1300 a. C. y 300 a. C. en Ecuador. La cultura Chorrera fue una de las culturas más extendidas en el Ecuador precolombino, abarcando desde las tierras bajas del Pacífico hasta las tierras altas de los Andes, e incluso hasta el sur de Colombia.
Cerámica:
El sello distintivo de la cultura Chorrera es su tradición en la cerámica, que presenta la efigie de un animal y una planta silbando. Vasos con pico de estribo y figurillas humanas hechas a partir moldes. La cerámica funcional de uso diario era aún muy fina y estaba decorada con hojas de color rojo y negro, pulimentadas para estar brillantes. Las superficies de los cuencos, botellas, ollas y otros objetos de cerámica estaban decorados con cortes, pintura, sellos de piedra o simplemente pulimentados. Con este mismo material también creaban complementos personales como dilataciones y sellos para hacer grabados en la piel.
Las características decorativas inusuales de la cerámica Chorrera incluyen pintura resistente e iridiscente.
Uso temprano de los metales:
La primera evidencia del trabajo con metales en Ecuador se atribuye a los artesanos de Chorrera. Numerosos objetos de metal y fragmentos fueron descubiertos en las excavaciones la zona costera de Salango. Se fabricaron objetos de cobre, plata y oro, principalmente artículos de élite como joyas.
Dieta:
Las cosechas cultiv:adas por los pueblos de Chorrera incluyen achira (Canna indica), arrurruz (Maranta arundinacea), maíz (Zea mays) , frijol común (Phaseolus vulgaris), calabazas y Chayotes (Cucurbitaceae). También recolectaban frutos silvestres, juncias (Cyperaceae) y palma (Palmae).3
Los pueblos de Chorrera también pescaban y cazaban animales como el armadillo, el venado (incluyendo el venado de cola blanca y el Mazama) patos, ranas, lagartos, pecaríes y diferentes roedores.
Comercio:
Esta cultura continuó la dinámica red comercial establecida por las culturas Valdivia y Machalilla. Intercambiaban conchas de ostras espinosas (Spondylus) y otras conchas marinas con habitantes de la cuenca de Quito por obsidiana.3 El oro se comercializa en los últimos siglos AEC.1
Declive:
En 467 a. C., el volcán Pululahua al norte de Quito entró en erupción, enviando cenizas volcánicas a gran parte de las regiones occidentales de las tierras bajas de Ecuador, lo que destruyó en gran medida las obras de la cultura Chorrera; sin embargo, algunos asentamientos de esta cultura permanecieron en el extremo norte y sur durante varios siglos. Estos desarrollaron una culturas más complejas durante el período de desarrollo regional entre el 200 y 300 a. C.
Divisiones regionales:
Debido a las variaciones en la cerámica y otras culturas materiales, la cultura Chorrera se divide en variantes regionales. Estas incluyen:
- Fase de Mafa, norte de la provincia de Esmeraldas,Ecuador
- Fase de Tachina, sur de la provincia de Esmeraldas,,Ecuador
- Fase de Tabuchula, norte de la provincia de Manabí,,Ecuador
- Fase Engoroy, Península de Santa Elena y región costera del Guayas,,Ecuador
- Chorrera propiamente dicha, cuenca del río Guayas,,Ecuador
- Fase temprana de Jubones, sudeste de Guayas y provincia occidental de Azuay,Ecuador
- Fase de Arenillas, provincia de El Oro.,Ecuador.
Con una antigüedad que se extiende aproximadamente entre los años 1.200 y 500 a.C., la cultura Chorrera tuvo su núcleo original geográfico en la actual provincia de Los Ríos, en el sitio La Chorrera, ubicado en la ribera oriental del río Babahoyo, lugar en el que, en el año de 1954, los arqueólogos Estrada, Evans y Meggers, con la valiosa información proporcionada por Francisco Huerta Rendón, realizaron los primeros estudios sistemáticos y en sus informes dieron a conocer la gran importancia arqueológica del descubrimiento.
“Estrada llegó a clasificar a la cultura Chorrera con un fundamento prehistórico de la Unidad Cultural Nacional, criterio que se justifica plenamente si tomamos en cuenta la extensión cultural reconocida hasta ese momento: Esmeraldas, Manabí, Guayas, Los Ríos, las tierras bajas de Pichincha (Santo Domingo de los Colorados) y el Valle de Jubones, en la provincia de El Oro, en la Costa; y en la Sierra, las cercanías de Quito, Pichincha, Chimborazo, Cañar y Azuay, que por el lado oriental de esta última provincia trasmonta las cordilleras para adentrarse en la inmensa región amazónica” (O. Holm y H. Crespo.- Las Culturas Formativas, Historia del Ecuador, Salvat).
Ubicación:
La cultura Chorrera se localizó en la costa ecuatoriana. Estudios indican que esta población se asentó a la altura del río Guayas, ubicado frente a la ciudad de Guayaquil y que representa un afluente de mucho influencia para la población de Ecuador.En la época de la cultura Chorrera también se trataba de una ubicación privilegiada, pues en el río Guayas desembocaban otros ríos más pequeños. Este contexto generó un ambiente próspero, que les permitía obtener provisiones y, además, una fácil circulación por la región.Las actuales provincias de Manabí, Guayas, Esmeraldas, Santo Domingo de los Colorados, Los Ríos y el valle del río Jubones comprenden el territorio que antiguamente estaba ocupado por los exponentes de la cultura Chorrera.Incluso, estudiosos de esta cultura milenaria indican que su ubicación no se limitó a la costa de Ecuador, sino que se han encontrado evidencias de la existencia de la cultura Chorrera en algunas zonas de la sierra ecuatoriana.
Características generales:
Jerarquización:
Hallazgos arqueológicos han demostrado que la cultura Chorrera contaba con una jerarquización bastante estricta. Se sabe que había sacerdotes o curanderos, quienes históricamente siempre han formado parte de las castas más elevadas de las sociedades que conforman.
Además, se estima que algunas piezas de cerámica que reflejan figuras humanas con aretes grandes en sus orejas hacen referencia a los representantes de esos estratos más elevados en el ámbito social.
Religión:
A pesar de que no hay muchos datos sobre este ámbito de la cultura Chorrera, sí se ha evidenciado con claridad que existían curanderos o sacerdotes, que ejercían prácticas de sanación basándose en el consumo de hierbas medicinales.
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